El fin de semana, me deleité en un restaurante muy especial. Se llamaba La Tiglatella en Pozuelo de Alarcón. Es un restaurante con comida italiana de muy buena calidad.
Mientras que miras la carta y te decides qué es lo que vas a comer, los camareros te traen unas deliciosas rodajitas de pan. Está tan delicioso que impresiona que sea de este mundo.
Yo pedí como entrante un "carpacho napolitano". Son unos trocitos de cheso algo fuerte y delicioso con tomate triturado y aceitunas muy suaves. Es una gran combinación.
Luego, nos trajeron las pizzas. Tienen una masa muy fina y huele que alimenta. ¿Os lo imagináis?
Sus tallarines a la bologniesa están muy muy ricos. Se te hace la boca agua de solo olerlo.
Y el risoto... ¡DELICIOSO! Las gambas que le echan son exquisitas.
De postre, me tome un couland con helado y caramelo. El helado no era muy rico para mi gusto pero el couland, estaba de rechupete. Con la primera cucharada, el chocolate fundido se cae como una cascada del bizcochito.
La comida es abundante y deliciosa; el servicio, muy rápido y el precio parece caro cuando lo ves en la carta pero cuando ves la cantidad de comida, el precio es justo.
Es un sutio estupendo para comer en verano, un día de fiesta o un fin de semana.
El otro día, comí en el restaurante 100 Montaditos y debo decir que no es como esperaba. Yo creía que iba a ser un restaurante de bocadillos que para eso te los haces en casa. Pero no, en realidad es un gran local. Pides tus mini-bocadillos tu bebida un entrante y, si quieres, un postre dentro del pan. Lo malo, que si lo pides todo de bacon al final, se te quedan los bocadillos fríos. Más bien, 100 Montaditos es más para cuando sales de trabajar con prisa y tienes media hora para comer. Pero también es un gran restaurante para los más "peques".
Yo creo que es un sitio genial.
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